El cinturón de asteroides es un anillo compuesto por millones de meteoritos con diversos tamaños que van desde un grano de arena hasta un planeta enano de 965 km de diámetro (ceres).. Aun así, si todos estos fragmentos se condensasen en uno solo el objeto resultante sería mas pequeño que nuestra luna. Es el anillo de materiales mas cercano a la Tierra. Los otros dos son el anillo de kuiper y la nube de Oort.
Ceres es tan grande que tiene forma esférica. Cuando un objeto alcanza 800 km de diámetro genera la suficiente gravedad como para poder compactarse en forma esférica y Ceres, desde hace poco tiempo, fue ascendido en la escala. Pasó de asteroide a planeta enano, la misma categoria que posee Plutón en la actualidad.
El cinturón está situado entre Marte y Júpiter y su formación aún es un misterio. Al principio se pensó que en esa órbita habría habido un planeta y se habría formado como consecuencia de un choque cósmico de ese planeta contra otro que hizo que uno de ellos explotase dejando los restos esparcidos en el citado cinturón, pero los científicos casi han abandonado esta idea debido a que la inmensa atracción gravitatoria de júpiter haría imposible que los materiales se juntasen para crear un planeta nuevo. Por lo tanto la teoría mas aceptada en la actualidad es la de que son restos de materiales que no llegaron a compactarse para formar un planeta. (decir que en los inicios de la formación del sistema solar lo que había era unas nubes de gas y polvo (nebulosa protoplanetaria) que poco a poco se fueron uniendo hasta formar tanto el Sol, como el resto de los planetas, cometas, asteroides,…)
A menudo, en las películas de ciencia ficción, cuando una nave alcanza el cinturón este se refleja como una corriente de rocas que los pilotos tienen que ir sorteando para que no choquen contra su nave. Pero realmente es una representación incorrecta. La distancia media de separación entre dos rocas puede llegar a ser de un millón y medio de kilómetros (para que compareis la Tierra tiene 45.000 Km de diámetro ). Esto hace que si estuviesemos situados en una de ellas veríamos al resto como simples puntitos de luz.
De todos modos esto no evita que de vez en cuando los propios asteroides choquen entre si o se vean desviados en rumbo de colisión hacia la Tierra u otros planetas. Cabe destacar un suceso ocurrido en el año 1993 cuando un geólogo y un astrónomo, Eugene Shoemaker y David Levy, descubrieron un asteroide en rumbo de colisión hacia el planeta júpiter (lo llamaron Shoemaker-Levy 9). Era la primera vez que se iba a vivir en directo un acontecimiento así. Cuando el asteroide se acercó más al planeta de la mancha roja, la inmensa gravedad de este lo rompió en múltiples trozos mas pequeños y en la primavera de 1994 cada trozo se fue precipitando hacia el produciendo cada uno de ellos una columna de gas en el momento del impacto del tamaño de la Tierra.
Impacto del meteorito Shoemaker-Levy 9 contra Júpiter en 1994
Cuando dos asteroides chocan entre sí, se forma una capa de polvo que a la postre es la responsable de la «luz zodiacal«. Este tipo de luz se puede apreciar en las noches muy oscuras en el plano de la eclíptica (hacia las constelaciones del zodiaco) y se produce como consecuencia de la dispersión de la luz solar al chocar contra estas partículas de polvo. El polvo que generan los cometas también es el responsable de que se produzca este fenómeno.
La principal amenaza se produce cuando un asteroide (de mas de 1 km de diámetro) viene en rumbo de colisión contra la Tierra. Es algo que ocurre una vez cada millones de años (ver teoría de Muller) y lo cierto es que ya hace 65 millones de años que tuvimos la última colisión con lo que es posible que la próxima esté relativamente cerca.
En la península de Yucatán (México), mas concretamente en la zona de Chicxulub, chocó un enorme asteroide de 10 km de diámetro. El impacto fué tal que miles de millones de toneladas de material fueron lanzadas hacia el espacio exterior y entraron en órbita del planeta Tierra. Esto hizo que durante años hubiese una oscuridad permanente debido que los rayos del sol no podían penetrar a través de esa atmósfera de polvo que se había formado. La consecuencia fué desastrosa. Toda la vegetación (basada en la fotosíntesis) pereció debido a la falta de luz solar. Los siguientes en desaparecer fueron los hervívoros al no tener nada que comer y por último los carnívoros. Este fue el fin de la era de los dinosaurios gigantes.
Esta teoría (de la desaparición de los dinosaurios) quedó demostrada al analizar el sustrato K-T (cretácico-terciario) que se encuentra a lo largo de todo el mundo. A medida que pasan los años, se van formando unas capas de sedimentos en la corteza terreste y analizando esas capas los geólogos pueden saber que ocurrió en una época determinada. Analizando el citado sustrato K-T se encontraron altas dosis de «iridio» en un hollín de color negruzco. El iridio es un elemento químico muy raro de encontrar en la Tierra pero muy frecuente en meteoritos. El hecho de haberlo encontrado en esta capa a lo largo de todo el planeta demostraba la teoría. Poco a poco este material, que orbitaba la Tierra y que contenia irídio (por la vaporización del meteorito gigante), se fue depositando en la superficie hasta formar esa capa tan característica y rara.
A principios del 1900 un suceso ocurrido en Tunguska (Siberia) derribó cerca de un millón de árboles y asoló una zona de varios miles de km cuadrados. La explicación mas plausible era la de un impacto de un meteorito pero varias expediciones posteriores no lograron encontrar ni el cráter ni restos del objeto. Años mas tarde se llegó a la conclusión de que el meteorito había explotado a varios km de altura y la onda expansiva fue la que causo el tremendo estrago.
Ya en la actualidad podemos ver como estos fenómenos no son tan estraños como puede parecer. Hace unas semanas un meteorito chocó contra el este de Rusia causando a su paso estragos importantes debido a la onda expansiva, que rompió numerosas cristaleras y causó numerosos heridos por cortes.
Continuamente estamos siendo bombardeados por miles de fragmentos que llegan a la Tierra pero como son pequeños se deshacen en la atmósfera. Se convierten en las estrellas fugaces que tanto nos gusta ver.
Pero ahora deberemos de estar pendientes de otro meteorito que puede darnos dolores de cabeza en un futuro próximo. Este meteorito, conocido como «Apofis«, apenas mide 400 metros de diámetro pero lleva una trayectoria próxima a la de la Tierra. Cuando un meteóro pasa cerca de la Tierra la gravedad de esta lo perturba ligeramente haciendo que cambie levemente su trayectoria en su siguiente paso próximo a ella. El problema está en que existe una región del espacio cerca de la Tierra que se llama «ojo de cerradura» de unos 400 metros de diámetro en la que si el asteroide pasa por ella tiene un 100% de probabilidades de que en su siguiente visita impacte contra ella. En el caso de Apofis muchos astrónomos creen que es muy probable que en el año 2029 pase por el ojo de cerradura con lo que en el 2036 consiga impactar.
Recreación de un posible impacto de Apofis contra la Tierra en 2029-2036
Por todo ello es necesario que se empiecen a investigar y desarrollar mecanismos de protección para evitar este tipo de catástrofes que podrían acabar practicamente con toda la vida en la Tierra.
Mas allá de intentar romper el meteoro con el típico misil, que sería mas perjudicial que beneficioso (por que tendríamos mas fragmentos que impactarían en vez de uno solo), lo que se podría es diseñar una sonda remolcadora que se posase en el astro y encendiendo sus motores fuese ejerciendo una presión suficiente como para poder desviarlo y seguir otra trayectoria.
La amenaza siempre estara ahí, presente y silenciosa. Lo fundamental será intentar adelantarse a ella y poner en marcha todos los mecanismos para evitar el desastre.
Quiero agradecer a Rocío este post tanto por darme la idea de escribir sobre el tema como por algunos conceptos que desconocía.
Me ha gustado mucho y gracias x mentarme aunq no tenías xq
He aprendido un monton de cosas nuevas de un mundo desconocido para mi.
Gracias por compartir tus conocimientos con todos.