A principios de los años 60 norteamericanos y rusos estaban enzarzados en plena guerra fría en un intento de demostrar quien tenía la supremacía mundial. Uno de los campos en los que competían era la conquista del espacio.
Por el bando soviético Nikita Kruschev y por el norteamericano John F. Kennedy daban los objetivos a seguir. Pero mientras Kennedy se propuso como objetivo que un hombre pusiese un pié en la luna los Rusos fueron mas ambiciosos y su objetivo final era crear una base permanente en ella y para ello el primer paso sería enviar una sonda manejada por control remoto para que explorase su superficie y eligiese la mejor zona para la misma.
El bando ruso golpeó primero con la puesta en órbita del Sputnik, más tarde con la puesta en órbita del primer humano: Yuri Gagarin y por último con el primer hombre en realizar un paseo espacial: Alexei Leonov.
Pero los americanos tenían mucha fé en su objetivo ya que contaban con el padre de la ingeniería de cohetes: Wernher Von Braun.
A pesar de que los rusos estaban inmersos de pleno en el proyecto de su «Lunojod» (vehiculo lunar) no dejaban de lado la oportunidad de ser ellos los primeros en poner un hombre en la luna con lo que repartieron recursos en los dos objetivos. Pero los fracasos con su cohete gigante N-1 (Nositel 1 o transporte 1), que era el cohete que llevaría al primer hombre a la luna, hicieron que desistieran de este objetivo y se centraron en el de la sonda lunar.
La persona que dirigió el proyecto fue Serguei Koroliov, el mismo que años atras había dirigido el proyecto «Sputnik«. Sin tiempo que perder Koroliov se puso en marcha para formar el equipo que sería el encargado de llevar a cabo tan ambicioso proyecto.
También se puso en contacto con la empresa Transmash que por aquel entonces fabricaba tanques y toda clase de vehículos pesados terrestres para el ejercito rojo. Esta empresa le iba a proporcionar todo el material y todo el espacio que iba a necesitar para el diseño y la construcción del rover lunar.
En el equipo que reunió pronto destacaría un ingeniero sovietico de origen armenio que se convertiría en el alma del proyecto: Alexander Kemurdzhian.
Kemurdzhian empezó diseñando vehículos oruga pesados y más tarde fue nombrado director de proyectos para vehículos de colchón de aire (hoovercrafts) en Transmash. Cuando supo que iba a formar parte del proyecto lunojod en principio no se inmutó pero cuando vió los problemas a los que se tendrían que enfrentar el y su equipo de ingenieros quedó sorprendido.
Para empezar deberían de desarrollar un vehículo manejado por control remoto para usar a casi 400.000 Km de distancia en un entorno que tenía la sexta parte de la gravedad terrestre, falta total de aire (vacío) y unas variaciones de temperatura que iban de los -170ºc a los 150ºc. A comienzos de los años 60, con la tecnología informática en sus inicios, el reto parecía imposible.
Primero empezaron por desarrollar varios prototipos robóticos para probarlos en las condiciones parecidas a las que iban a estar sometidos y elegir el más adecuado. Todo ello bajo el más absoluto secreto militar. Ni siquiera los familiares de los ingenieros que trabajan allí sabían qué estaban realizando exactamente. El propio hijo de Kemurdzhian se enteró después de que el rover llegara a la luna.
Mientras tanto el bando norteamericano seguía haciendo progresos en su misión. Los programas Mercurio y Gemini habían sido un éxito. Se notaba la presencia de Von Braun. Von Braun había sido un miembro las SS en la Alemania nazi de Hitler. Su pasión siempre fueron los cohetes y desarrolló los primeros misiles balísticos modernos: el A-2, A-3 y por último el A-4 mas conocido como V-2 (Vergeltungswaffe 2 o represalia número 2). Más tarde, con la caída del nazismo, fue reclutado en la «operación paperclip» (como otros tantos científicos e ingenieros alemanes) por el bando norteamericano para aprovechar su genialidad en este campo. Trabajó para la NASA y fue el responsable del cohete Saturno V que a la postre sería el encargado de llevar a los primeros hombres a la luna. A día de hoy, casi 45 años más tarde este cohete aún no ha sido superado por ningun otro.
Volviendo al proyecto lunojod, el primer problema al que tuvieron que hacer frente los ingenieros es que desconocían por completo como era la superficie de la luna. Según como fuese (dura, blanda, arenosa,…) el rover se debería de construir de una u otra manera y tuvieron que tomar la primera decisión difícil. Al final Koroliev, consultándolo con los mayores expertos del país, decidió que debían construirlo para una superficie dura (y acertó).
Inmediatamente surgía otra duda importante: si contruirlo con ruedas o con orugas. Aunque inicialmente se decantaron por las cadenas, pronto se dieron cuenta de los inconvenientes que ello acarrearía. Para empezar estaba el problema energético. Solamente iban a disponer de unos 300 w de energía y mover orugas con esa potencia sería practicamente imposible. Después estaba el inconveniente de que si una oruga se atascaba hubiese significado el fracaso de la misión. Esto nunca pasaría con ruedas. Un vehículo con varias ruedas podría proseguir su camino aunque se atascasen algunas de ellas.
Una vez se pusieron a fabricar el chasis con las ruedas surgió la restricción de que no podría sobrepasar los 110 kilos de peso, con lo que los ingenieros emplearon una aleación secreta a base de aluminio y titanio.
En 1964 ya estaba listo el primer prototipo para ser probado. Tenía cuatro ruedas tractoras y se le acopló una cámara de video japonesa en su parte superior.
Un año más tarde se concluyó el segundo prototipo. Este tenía 8 ruedas tractoras con suspensión independiente (podía funcionar solamente con tres ruedas) y fué probado en unas instalaciones hechas por Transmash que denominaron «el lunódromo«. Estaba formado por un recorrido plagado de obstáculos y dos ingenieros lo controlaban con unos cables.
Pronto aparecería otro problema relacionado con el vacío al que iba a estar sometido el rover. En un ambiente con atmósfera cuando dos piezas metálicas entran en contacto se forma entre ellas una película de óxido que actúa como lubricante. Pero en el vacío esto no sucede y las dos piezas se funden. Para solucionar esto produjeron un tipo nuevo de aceite a base de flúor que no se evaporaba en el vacío y los motores eléctricos iban encapsulados y presurizados para evitar que dejasen de funcionar.
El siguiente paso era probar la sonda en un ambiente de gravedad reducida. En primer lugar se pensó en contruir un cohete para tal fin. Transportaría el rover al espacio y se probaría pero al final encontraron espacio en otro que iba a transportar un satélite. Las pruebas fueron un éxito. Ya solo quedaba probar el Rover en el exterior en un terreno que fuese similar al de la luna y eligieron Kamchatka. Allí, a parte de probar el sistema por control remoto y como se comportaba ante los obstáculos, se probaron también algunos de los intrumentos científicos que llevaría el rover como un penetrómetro encargado de medir la densidad del terreno lunar.
En 1965 Koroliov delegó todo el proyecto de fabricación del lunojod a la empresa NPO Lavochkin que estaba especializada en proyectos aeroespaciales. Al frente de esta empresa estaba Georgy Babakin que a partir de entonces daría las pautas a seguir al equipo de ingenieros del lunojod.
En 1966 moría Koroliov y toda la responsabilidad del proyecto iba a recaer tanto en Babakin como en Kemurdzhian. En ese momento empezaron a trabajar practicamente las 24 horas del día casi sin descanso, tanto que llevaron colchones y sacos de dormir a las instalaciones de levochkin para no tener que ir a casa y perder ningun tiempo.
Se le acopló al rover una pantalla hecha con paneles solares que se le llamó «la sartén«, que se desplegaría durante el día lunar y se cerraría durante la noche. Con este sistema alimentaría al vehículo de día y lo protegería del frio extremo por la noche. El problema era que con esas diferencias tan abismales de temperatura (-170ºc/+140ºc) no sabrían si esa pantalla sería suficiente con lo que desarrollaron un sistema de climatización para el vehículo.
Este sistema estaba alimentado con una batería radioactiva de Polonio 210 y funcionaba calentando un gas que estaba en el compartimento estanco y presurizado por la noche. Por el día, mediante un intercambiador de calor, el exceso del mismo era expulsado al exterior.
Ya solo quedaba escoger quienes iban a ser los pilotos de este ingenio. A mediados de 1966, mediante una selección minuciosa en el ejercito rojo, 45 oficiales fueron elegidos para este fin de manera secreta. Al final, después de una serie de pruebas, solo quedaron 14 . Estas personas quedaron sorprendidas cuando les dijeron que su misión sería de la manejar un rover en la superficie de la luna desde la Tierra.
Empezó su entrenamiento y tuvieron que acostumbrarse a los inconvenientes que esto suponía. El primero era que entre cada orden que daban con el joestick y su ejecución en la luna había un retraso de 30 segundos. Y el segundo era que la velocidad de refresco de las pantallas era muy baja. Entre imágen e imágen pasaban 10 segundos, un lapso de tiempo muy grande.
A finales de 1968 los americanos consiguieron poner en órbita lunar la cápsula Apollo 8 con 3 astronautas a bordo gracias al cohete Saturno 5. Por el otro bando, los rusos consiguieron poner en órbita dos sondas (luna 9 y luna 13) que fueron las primeras en fotografiar la cara oculta de la luna. La carrera por ser los primeros en caminar por la luna aún estaba vigente pero como comenté anteriormente los fracasos con el cohete N-1 soviético iban a hacer que los americanos ganasen esta batalla.
Con todo listo y después de casi una década de intenso trabajo, el 19 de febrero de 1969 un cohete protón despegó desde el cosmódromo de Baikonur (actual khazahstan) con el lunojod a bordo. Todo iba bien hasta que a los 59 segundos del despegue el cohete explotó llevándose consigo la ilusión y la esperanza de todos los que habían participado en el proyecto.
Mas allá del fracaso que esto suponía, los soviéticos tuvieron que soportar lo que ocurriría unos meses mas tarde. El 21 de Julio de ese mismo año Buzz Aldrin, Neil Armstrong y Jason Collins alunizaron demostrando que Norteamérica estaba en la vanguardia en lo que a astronáutica se refería.
Pero a lo contrario de lo suponía imaginar, los rusos no se vinieron abajo y demostrando una fe y determinación absolutas se pusieron manos a la obra para fabricar otro lunojod. Emplearon casi dos años para ello y el 10 de noviembre de 1970 la segunda oportunidad había llegado. Otra vez desde el cosmódromo de Baikonur y en un cohete protón el ingenio despegó camino a la luna. Esta vez el despegue fué un éxito y después de 4 días y medio de viaje había llegado a la luna. Solo hasta el momento en el que alunizó el lunojod, la misión se mantuvo en secreto.
El lugar elegido fue el mar de las lluvias, y las primeras imágenes que llegaron desde allí mostraban que había alunizado en una superficie plana, libre de crateres. Los pilotos dieron las primeras órdenes para que desdendiera de la plataforma de alunizaje y recorrió sus primeros metros en un ambiente de tensión mezclado con orgullo. A los 20 metros se dieron cuenta de un problema grave. La cámara que retransmitía las imágenes y era el ojo para los pilotos estaba demasiado baja y esto hacía que no vieran los obstáculos con suficiente antelación. Diez metros mas allá cayó por un cráter y los pilotos tuvieron muchos problemas para sacarlo de el.
Cada 9 horas los pilotos se iban turnando e iban manejando el rover a una velocidad de 1 y 2 km/hora. La tarea era muy agotadora por la concentración que ello exigía.
También había una persona que era la encargada de manejar la antena direccional hacia un punto específico de la Tierra. Esta antena era la que recibía las ordenes que le daban los pilotos.
A las pocas horas empezó a usar los diferentes aparatos científicos que portaba para realizar experimentos. Entre ellos destacaban un espectómetro, un telescopio de rayos X y un detector de rayos cósmicos. Llevaba también una tercera rueda en su parte posterior que media la distancia recorrida y un penetrómetro que se encargaba de la densidad del suelo lunar.
Al cabo de unos días sucedió otra catástrofe, el lunojod había caído por otro cráter con mucha mas pendiente que el primero. En ese momento si que pensaron que sería el fin de la aventura pero la pericia de los pilotos hizo que consiguiese salir del mismo. Tardaron 9 horas en sacarlo.
Al final el lunojod, diseñado y creado para que funcionase durante 90 días, estuvo operativo durante 11 meses, recorrió casi 11 kilómetros y realizó con éxito todas las órdenes que se le dieron desde la Tierra. Además obtuvo 20.000 fotografías de la luna y realizó con éxito 500 análisis del suelo lunar.
Fué un exito total para la U.R.R.S.S. ;tanto que dos años más tarde, a finales de 1972, un segundo lunojod fué enviado de nuevo a la luna. Esta vez habían contado con la ayuda de la ingeniería aeroespacial francesa que colaboró en el proyecto. Este nuevo rover llevaba mas aparatos científicos, tenía la cámara mas alta y portaba un láser de fabricación francesa que tenía como objetivo medir con precisión la distancia de la luna a la Tierra con un margen de error de 3 metros. Mediante unos espejos colocados en un observatorio de Crimea y midiendo el tiempo que tardaba en llegar el láser a estos espejos pudieron saber que la luna estaba a 384.400 km de distancia media y se aleja de la Tierra unos 3,8 cm por año.Este rover estableció un nuevo récord al conseguir recorrer mas de 37 km.
Gracias a estos éxitos la derrota inicial con EE.UU. se hizo mas llevadera aunque los verdaderos genios que habían hecho posible esta proeza a finales de los 60 nunca serían reconocidos hasta después de su muerte, todos menos Alexander Kemurdzhian que no sabía que años mas tarde el destino le tendría preparada una sorpresa. El hecho de estar bajo un régimen comunista y con la guerra fría de por medio conllevó a que absolutamente todo lo relacionado con la pugna contra U.S.A. fuese secreto (incluso los propios ingenieros). Pero a principios de los 90 cae el regimen comunista lo que supuso una abertura soviética de cara al exterior.
El momento de Kemurdzhian había llegado y en 1992 a la edad de 70 años lo invitaron a viajar a Estados Unidos para que conociese las instalaciones del laboratorio de propulsión a chorro(JPL) de la NASA. Además Kemurdzhian no había estado inactivo todos estos años y había trabajado en la construcción de un «marsojod», un rover diseñado para un futuro viaje de exploración a marte. Este vehículo fue llevado al valle de la muerte en California y el vehículo funcionó a la perfección. A su vez los rusos invitaron a sus colegas americanos a visitar Kamchatka y probar el rover que ellos estaban contruyendo para un futuro viaje a Marte.
Kemurdzhian moriría en el año 2003 con el reconocimiento internacional de la comunidad científica y con los máximos galardones científicos que un hombre podría conseguir en Rusia.
A modo de conclusión diré que el siguiente rover de exploración que se envió a otro planeta fue en el año 1996 por la NASA (Mars pathfinder) es decir, 26 años despues del lunojod. Esto da una idea del avance científico y que técnico que supuso el proyecto en aquellos tiempos.
Si me las preguntas aquí podemos generar un tema de debate.
🙂